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Pequeño niño

Las comparto la evolución de mis palabras entre ambos textos, no sé por cuál decidirme

ambos expresan la misma emoción en dos contextos distintos

todo cambia de forma

El pequeño niño corre, sin cesar, hacia el fuego que lo quema sin piedad.

La arena ardiente quema sus pies, y sus lágrimas caen como cenizas de hiel.

Pero el fuego no solo quema, también consume, todo lo que toca, lo convierte en humo y ruinas.

El niño corre hacia su destino, hacia su final, mientras la oscuridad lo abraza en un abrazo mortal.

Las calles coloridas se desvanecen en la noche, y el niño se sumerge en la nada, en el vacío, en el derroche. El fuego lo consume, lo devora, lo engulle sin piedad, mientras el niño grita en silencio, en la soledad.

Rescata al niño, llévalo a un lugar sin fuego, donde la oscuridad no lo atrape en su juego. Deja que la lluvia lo lave de su dolor y su pesar, y que la luz le muestre un camino diferente, una forma de cambiar.

Rescátalo si quieres, pero déjalo abrazar la oscuridad, porque solo allí encontrará la libertad. Deja que la oscuridad lo consuele, lo cure, y que la luz se convierta en un camino hacia un nuevo futuro.

Pequeño niño corriendo contra corriente

Sede al llanto

Toma tus pies desnudos y pisa la arena caliente

Quema tus pies y los vuelve cenizas

Cenizas resplandecientes de ausencias en la madrugada

Vuelve a correr por esas calles de pueblos coloridos

Besa la raíz y espera el mar

Corre por los colores de esa ciudad oscura

Resplandece al amanecer y fuga por la tarde

A ese reino de nunca jamás

Rescátalo

Tanto tiempo sintiéndote ajeno

Duerme esos pequeños ojos

Duerme ese dolor

Deja de mirar el sol y vuelve abrazar la oscuridad

Esa vieja amiga te extraña

Te consuela y te duerme en sus brazos

Fuego-Renacer en la costumbre

El fuego devoró mi hogar,
las paredes cayeron al suelo,
las sombras danzan alrededor
y mis gritos se unen al coro de agonía.
Ansiaba las llamas con fervor,
quemar cada piedra,
derribar esas paredes huecas,
el odio hacía eco en mi alma.
Pero ahora, la casa ya no existe,
fue reducida a cenizas y,
de manera irónica, se convirtió en una hoguera
en la que puedo quemar mis lágrimas,
tomar mi poder, liberarme.
Ya no existe, pero existió.
Las llamas son mi refugio,
el extintor de mi dolor,
los reflejos del agua son mi espejo,
los ojos cristalinos que una vez fui
ahora corren de la inundación.
El cuchillo corta mi piel de nuevo,
la voz demente suena en mi mente,
incendio, un verbo sencillo,
una acción que perdura.
El ardor está destinado a estar ahí,
es la vida, un verbo que comienza en el pasado
y perdura en el presente,
quema y destruye lo que toca.
Los girasoles se marchitan,
la senda ya no es verde,
el amor se desvanece,
grito, destino, destrucción.
Mis manos llenas de polvo me levantan del suelo,
de mis sueños,
las rosas de aquella casa abandonada
son blancas y brillantes,
perlas de un collar que cae en un viejo bar
reconstruido, tradición y costumbre.
¿Cuánto más durará este ciclo?
La voz que retumbaba en aquel cuarto
se consumió en las llamas,
se consumió en mis palabras,
como todo en mi vida,
se consume en cada cigarrillo,
en cada te amo, en cada abrazo.
Soy una llama verde brillante,
corriendo hacia lo desconocido,
todo tiene fuego dentro,
todo tiene aire, tierra, agua, medicina,
el universo coexistiendo conmigo

Nota:
Todo tiene un final, pero en ese final, encontramos la oportunidad de comenzar de nuevo. La vida es un ciclo eterno de muerte y renacimiento, y nosotros somos parte de ese ciclo. Aprendamos a abrazar la destrucción como una oportunidad para renacer y agradecer por cada experiencia que nos lleva hacia la libertad.

Discordia en la mesa

En la discordia, un suspiro marchito se oye, mientras flores nuevas surgen en colores vivos,

Anunciando la llegada de la lluvia que se acerca.

Lágrimas liberadas en la oscuridad de la madrugada, mientras tazas de café medio vacías esperan en la mesa.

La vida es una interminable cadena de cambios, una sucesión de ciclos, de amores y de despedidas.

Las flores mueren y renacen, al igual que nuestros corazones, pero hay algo eterno en la fragilidad de nuestras vidas.

En la discordia y en la lluvia, hay belleza oculta, un tesoro escondido que solo el alma puede descubrir.

Y aunque el suspiro marchito nos haga sentir solos, el amor siempre estará presente para hacernos seguir.

En el silencio de la noche, el viento susurra palabras, y la lluvia que cae suavemente llena el alma de calma.

Los suspiros se desvanecen como las nubes en el cielo, y en su lugar quedan sueños, esperanzas y anhelos.

Aunque las tazas de café estén medio vacías, la vida nos brinda oportunidades cada día.

Nuevas amistades, nuevos amores, nuevos caminos, siempre hay algo nuevo que descubrir y vivir.

La lluvia limpia el aire y purifica el alma, y las flores que renacen nos recuerdan la fuerza de la naturaleza.

En la discordia y en la tristeza, hay belleza oculta, y aunque el camino sea difícil, siempre hay una luz al final de la oscuridad.

La vida es como una melodía, con altibajos y cambios de ritmo, pero siempre hay una armonía, una razón para seguir adelante.

Así que sigue adelante, con la mente en alto y el corazón valiente, porque en cada gota de lluvia, en cada flor y en cada suspiro, hay una promesa de que todo puede ser mejor.

Usualmente, mis escritos estaban acostumbrados a ser un conflicto interno

Hoy decido darle resolución a uno de ellos

darle libertad de volar y generarme esperanza

Los quiero personitas que toman tiempo de su día

para leer este caos de ideas y emociones

La taza de café está medio llena y eso también está bien

Notas de una libreta a la deriva

Desvió – viento o corriente

Clasificar deriva- sentimiento o dirección

Como comprender tan sencilla, pero a la vez tan compleja palabra

Un desvío en el destino o un desvío en el camino, un momento de ausencia en la búsqueda

Y es aquí donde te preguntas si el camino crea el destino o el camino es creado por el destino, algo fijado o algo incierto.

Dialéctica complementaria entre ambas posibilidades existen tonalidades y entre ellas existe tu vacío en mi vida, tan sutil y silencioso marcado por el camino o por el magnífico destino.

¿Fuiste mi destino o solo mi camino?

Algo importante o algo necesario

Cuando saber que algo es importante, acaso es que la importancia se ve afectada por lo necesario, tal vez estas sean notas divagantes sin sentido alguno tal vez el sentido nulo se mire afectado por tu deriva en mi vida.

A lo mejor tú y yo fuimos la deriva de un ciclo sin retorno alguno, una persecución inevitable que me lleva a pensarte en mi madrugada.

El sorbo del café es amargo, tu ausencia también lo es.

La deriva queda sin sentido dentro de nosotros,

No fuimos deriva alguna en nuestra vida, fuimos un momento fugaz

Un recuerdo que se va con cada sorbo del café, ahora si podrás contestar mi pregunta con sinceridad, se a lo que te sabe el café y es distinto a lo imaginado.

Tal vez no somos esa deriva que intento clasificar.

Clasificar algo ahora esta de más …