«Liszt – Le mal du pays tocando de fondo»
Entre sentir que la piel se me desgarra y sentirme suspendida en una atmosfera fuera de sentimientos, donde radica el problema, como puedo sentir esta atmosfera si el mero hecho de sentirme en ella es sentirla, pero la atmosfera no tiene esa cualidad de sentir, como explicar este suspenso que me ata y oprime las demás emociones, es sentirte fuera de contexto.
Mientras me sumerjo en esta atmosfera el aire contaminado de un olor peculiar envuelve mi nariz, es como estar fuera de la realidad, donde no existe sufrimiento, pero tampoco calma, un vacío eterno donde el tiempo deja de funcionar ¿así es como debería de ser la vida?, ¿Cómo podría describir el tiempo?
Me siento en una línea constante donde no existe el día ni la noche, conceptos particularmente abstractos y de difícil comprensión, porque no mejor presto atención a mis necesidades, sé cuándo tengo sueño, cuando tengo hambre, cuando necesito orinar y cuando necesito bailar, esto es la realidad y dejo que este olor me envuelva mientras soy partícipe de las notas que fluyen e inundan el cuarto, este cuarto oscuro y con matices extraños.
Mis pies me guían a sentir el frío piso que los rodea, mi espalda se pega a él y me hace estremecer, cada nota es un movimiento en mi cuerpo y cada movimiento es en sí una nota, dialéctica pura en todas sus presentaciones mi cuerpo negando el suelo y el suelo negando mi cuerpo juntos en una danza que no tiene final, una danza constante y eterna llena de silencio, pero ausente de sentimientos.
Golpes interrumpe este trance.
-¡Por el amor de dios. Apaga por un momento esa estúpida grabadora vieja, que no ves que necesito descansar, eres una imprudente que no puede estarse en silencio por alguna vez en su vida, te daré 5 para que la apagues de una vez.
Y es así como soy arrancada de mi mundo y lo creado por la música se esfuma.
Se escuchan pasos acercándose y se escucha la voz de mi padre.
-Ahora que ya terminaste tu fiesta vete quitando la ropa que hoy te toca baño así que en 5 minutos te quiero lista.
Jugar entre dos realidades, cuál será la correcta, en estos instantes ya no podría decir cuál es la correcta, y si las dos lo son, pero quien podría permitir que la realidad se separe en dos, son una sola persona, que derecho divino tendría para vivir dos veces.
Nunca me ha gustado el baño, es una complicación total, como primer punto detesto el frío y también el sentir un suelo diferente al de mi lugar especial, no me gusta sentir las manos de mi padre tocando mi cuerpo, pero él siempre insiste que si lo hago por mi cuenta terminaría matándome, resbalaría y me golpearía la cabeza es lo que siempre dice, la verdad es nunca puedo contra él y es mejor dejarse llevar por la corriente que luchar contra ella.
Subo los escalones y voy en busca de él, pero al llegar a la sala me doy cuenta de que aparte del olor de mi padre se percibe otro distinto.
-Ve madre, como quieres que la trate si es una salvaje, se la pasa paseando por toda la casa sin una prenda cubriendo su rostro, mis visitas siempre la tienen que ver así, ¿Cómo puedo lidiar con eso?
– Ay hijo, tienes que poder lidiar con ella. Recuerda que es tu ultimo recuerdo de Clara, no lo hagas por ella, sé que es difícil. Pero debes de poder.
Esta conversación está muy fuera de contexto y decido mejor salir de ese sitio, no sé por qué mi abuela está en casa, pero aprovecharé para ponerme mi vestido que huele a canela y así compartirlo con ella.
Encuentro el vestido y me lo pongo y subo con entusiasmo a verla, pero tanto fue el entusiasmo que tropiezo en el escalón de mi sitio especial y me golpeo la nariz siento algo caliente bajar hacia mi labio.
-Lo ves madre, no puede ni cambiarse sin hacerse daño, yo necesito trabajar y a ella no la puedo dejar ni un segundo, siempre anda bailando y con la música a todo volumen.