Cada latido palpitante me acerca más a la luz, la sensación de estar flotando se despide de mi cuerpo para dar bienvenida a un aterrizaje a tierra firme, los sonidos son agónicos y parecieran que estuvieran encerrados en un sitio. Un único sitio al que aterrizó.
De inmediato me envuelve una luz blanca, los tonos rojizos desaparecen y una sensación nueva se apodera de mi piel haciendo vibrar mi cuerpo, todo esto se arrebata en un remolino y por primera vez siento que el movimiento de mis dedos es más ligero como algo fuera de mí, nuevamente vuelvo a sentir en mi piel algo que la estremece y siento que me traspasa.
Siento una mano dando un impulso a mi cuerpo y me siento suspendida en el aire todavía, siendo tan pequeña rodeada de seres gigantescos que podrían comerme, todo esto me asusta, no comprendo qué sucede, de la nada sale de mi garganta un sonido extraño, pero que puede reconfortarme tal vez podrá con los gigantes. Mis ojos comienzan a brotar una poción que es sanadora y de pronto todo se vuelve paz, unos brazos acogedores me envuelven y siento como calientan mi piel, dan calor a mi cuerpo, la imagen de estos brazos es confusa y no puedo apreciar su rostro.
Latido a latido me acuesto en un cuerpo y por primera vez me siento, siento lo que soy y puedo comprender en dónde estoy. no sé por qué, pero ya no cambia dentro de la casa donde vivía tenía que mudarme y la gravedad hizo su trabajo, lo cual no fue tan malo esta fuerza me atrajo a un cuerpo celeste único, es como un sol irradiando calor, toda una luz me envuelve y aquí sintiendo su latido es en donde puedo parar un poco, dejo de luchar, el instinto se apaga y comienzo a sumergirme en la piel del cuerpo de que cobija, ya no necesito luchar. Solo necesito apagarme, ya tendré tiempo para hacerlo.
Ya tendré tiempo….
Silencios Fragmentados 